martes, 4 de febrero de 2014

Marree

                                                   
   
              Hay un hombre en el Outback Australiano del que sólo tengo buenas palabras.
               
                             No conozco hombre más generoso ni lugar más especial.

                           A Jan le puse su nombre porque quería que tuviese algo de él.








                                               En Marree me gustaba ir al cementerio .
 Hice la foto de una lápida.  Era de un bebé muerto hace ahora 100 años.




   La foto formaba parte de la colección de la expo que hice sobre Australia, evidentemente a sabiendas de que no se iba a vender, pero tenía que estar porque , después de haber vivido allí , sentía que esa foto expresaba muy bien lo que era la vida en el Outback.

     La foto no se vendió y ha estado todo este tiempo colgada en mi casa .He pensado mucho en esa lápida, en ese cementerio, en ese bebé y en sus padres y cuando volví a Marree esta vez , después de todo lo que hemos pasado , sentía la necesidad de ir a visitarla.


             (Aquí un fragmento de mi diario)


                                  Marree, South Australia          28 de Octubre del 2013
Ayer Jan hubiese cumplido un año. No puedo ni quiero pensar lo diferente que podría haber sido todo.No lo quiero pensar porque es un pensamiento que sólo me causa dolor[...]
 Mi idea era ir al cementerio a visitar la tumba de aquel bebé , pero no fui. Estábamos agusto en el Roadhouse charlando y pensé que hay que aprovechar los buenos momentos.
   He ido hoy. La senda que lleva al cementerio está al oeste de manera que , al atardecer, el sol se pone justo detrás y las lápidas a contraluz son una imagen terrible y hermosa.
  Cuando he llegado era casi de noche.



 
 
 
El cementerio de Marree está dividido en 3 partes; la europea, la afgana y la aborigen. Me gusta porque es muy simple, es plano y está en medio de la nada.
 En el desierto la muerte está más presente. Por lo menos yo , cuando salgo a pasear y veo las piedras, la planicie, el calor, el silencio...siento que aquí lo natural no es estar vivo.
  De alguna manera es como si aquí fuera más fácil aceptar la muerte [...]
 
A primera vista las tumbas pasan desapercibidas, sobretodo  en la parte afgana y la aborígen. La tumba de Mary es una tumba típica europea pero los afganos simplemente ponían un palo de madera a cada extremo y los aborígenes apenas un montoncito de piedras aunque con el paso de los años y la mezcla de culturas el cementerio no está tan definido como lo estaba y hay alguna tumba bastante curiosa.
  
Lo primero que he hecho ha sido buscar la lápida de Mary, la que fotografié.
Nada más verla se me ha caído el mundo encima. No la recordaba tan pequeñita (mediría un metro como mucho aunque en las fotos parece más grande) y ahora, sin plantas, parecía más abandonada.
   En cambio esta vez había flores  y una virgen que antes no estaba. Murió hace casi 100 años, ¿quién vendrá a visitarla?  seguramente alguien como yo, con un dolor parecido .
 
 
No sé por qué tengo tantas ganas de estar en el cementerio esta vez. Miento, sí que lo sé.
Fui muchas veces cuando estuve aquí pero ahora es una necesidad.
   Hoy quería convencerme de que es verdad eso de que los niños también mueren y no sólo mi Jan y sí...es verdad, el cementerio estaba lleno, era lo que más había y yo no podía parar de llorar.
 
 
                                    
 
      Como digo, a primera vista, pasan desapercibidas y , cuando etuve aquí había mucha más vegetación por las lluvias de aquel año. Además yo no había perdido un hijo así que no vi nada.
  Esta vez , en cambio,  he visto los montoncitos de piedras,  algunos sin nombre ni fechas , otros con pequeñas lápidas y me sentía desolada.
 - ¡Qué terrible!- pensaba y no podía parar de llorar.
 
 
 
Os paso un link del final de Dublineses de John Huston.
 
http://www.youtube.com/watch?v=z5trypRMVLU




 

 

  
  

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